http://www.ans.gov.br/images/stories/A_ANS/Transparencia_Institucional/consulta_despachos_poder_judiciario/parecer_2016_16.pdf
http://desculpenaoouvi.laklobato.com/2016/07/07/parecer-tecnico-da-ans-para-cobertura-de-implante-coclear-2016/
Nuevo listado de medicamentos ototóxicos actualizado - APAT.
Desde Info acúfeno agradecemos a la APAT, Asociación de Personas Afectadas por Tinnitus de Barcelona, España, en la persona de su Presidente Josep Boronat, quién nos remitió una atenta nota, vía mail, por el cual nos informa de la nueva lista actualizada de los medicamentos ototóxicos, resultado de nuevas investigaciones y estudios, con la cual el anterior listado del año 2010, queda anulada, el mencionado nuevo listado, se puede descargar en el enlace de abajo.
La ototoxicidad se muestra con síntomas como acúfenos, vértigo, hipoacusia y sordera. Así, la ototoxicidad se clasifica según la función comprometida y la sintomatología en coclear y vestibular.
Listado de medicamentos ototóxicos
→ Se puede descargar el listado en PDF. aquí ←
La toxicidad coclear que se manifiesta con acúfenos, pérdida de audición, y en ocasiones dolor en el oído, es más fácil de diagnosticar que la vestibular, que puede ocasionar vértigo, mareo, ataxia y nistagmus.
Por tanto, los acúfenos son una manifestación clínica de la ototoxicidad coclear o auditiva. En este documento revisaremos concretamente aquellos fármacos relacionados con el desarrollo de acúfenos,si bien, en muchos casos se desarrolla de forma paralela la toxicidad vestibular que presenta otros síntomas tal como se ha descrito.
Los primeros casos de ototoxicidad se manifestaron tras la introducción en la clínica de la estreptomicina en 1944 y su aplicación en el tratamiento de la tuberculosis. Una gran parte de los pacientes tratados desarrollaron alteración vestibular y coclear, de carácter irreversible.
Este efecto aparecía al cabo de un mes de tratamiento cuando se utilizaba a la dosis de 1 g al día, y se presentaba antes si la dosis era de 3 g. Posteriormente la ototoxicidad también se demostró con otros antibióticos aminoglucósidos. Actualmente se incluyen otros antibióticos, antineoplásicos derivados del platino, salicilatos, quinina y diuréticos potentes.
El mecanismo de la acción ototóxica puede variar de un grupo a otro. También puede ser permanente o reversible, dependiendo del tipo de medicamento, dosis y duración del mismo. Así, se sabe que los salicilatos, la quinina y los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) causan mayoritariamente daño que cesa al suspender el tratamiento.
En el caso de los antibióticos aminoglucósidos la sordera que producen,sólo es reversible en la mitad de los pacientes aproximadamente. La ototoxicidad se considera una reacción adversa farmacológica de algunos medicamentos pero existen algunos factores relacionados con un aumento del riesgo para presentarlo como son:
1. Concentración de fármaco en el oído interno.
Probablemente es el factor más importante en el daño ótico. Se ve influido por la dosis del fármaco, por la vía de administración, duración del tratamiento y por factores relacionados con su eliminación.
2. Características del paciente.
Algunas personas pueden presentar una mayor sensibilidad hacia los fármacos ototóxicos, por causas genéticas, edad avanzada, niños, enfermedad renal o hepática, audiograma alterado, deshidratación, septicemia, etc. Se ha identificado una mutación en un gen mitocondrial (A1555G) que predispone a la toxicidad por aminoglucósidos, incluso a dosis bajas.
3. Asociación de fármacos ototóxicos.
La potenciación de la ototoxicidad cuando se administran dos o más fármacos con este efecto adverso (por ejemplo: aminoglucósidos asociados a diuréticos del asa).
4. Exposición previa a fármacos ototóxicos.
Los grupos de fármacos que más se relacionan con el desarrollo de acúfenos son los siguientes:
Salicilatos.
La ototoxicidad se relaciona con la dosis administrada y normalmente es reversible. Cuando se utilizan a dosis bajas (tratamiento cardiovascular) no suelen causar acúfenos, excepto en pacientes especialmente susceptibles.
La aparición de acúfenos se ha relacionado con la administración de dosis elevadas de aspirina en el tratamiento de las enfermedades reumáticas.
Antibióticos aminoglucósidos.
Pueden causar daño tanto coclear como vestibular, y el tipo de lesión varía según el antibiótico utilizado. La ototoxicidad se relaciona con un aumento de las concentraciones del aminoglucósido en el oído interno por ser una toxicidad dosis-dependiente, por lo que se recomienda no superar las dosis y la duración del tratamiento recomendado en ficha técnica.
Pacientes con alteración de la función renal, o a los que se administran otrosfármacos que puedan alterar la eliminación renal o generar ototoxicidad, deben requerir una especial supervisión. Los aminoglucósidos pueden administrarse en forma de gotas óticas, por lo que debe tenerse precaución especialmente en grupos de riesgo. Deben controlarse las dosis y duración de los tratamientos.
Antineoplásicos.
El principal grupo que puede causar ototoxicidad son los derivados del platino, especialmente el cisplatino y en menor grado el carboplatino y el oxaliplatino.
Se ha documentado acúfenos y/o sordera. La ototoxicidad que producen es progresiva y presenta una incidencia elevada. El acúfeno reversible puede ocurrir con dosis bajas. La pérdida de audición parece ser dosis dependiente y esta afectada por otros factores como la edad, función renal y lesión ótica previa.
La ototoxicidad por cisplatino tiene una prevalencia elevada en la población pediátrica y además los síntomas son más severos pudiendo aparecer incluso años después de haber finalizado el tratamiento.
Diuréticos potentes.
La ototoxicidad sólo se ha presentado con dosis elevadas y tras la administración por vía endovenosa rápida, y en general es reversible, aunque se ha documentado en algunos casos como irreversible, cuando se han asociado con otros fármacos ototóxicos.
Quinina y cloroquina.
Aunque la quinina no está comercializada en España se importa como medicamento extranjero y se utiliza en el tratamiento de la malaria. La ototoxicidad que ocasionan puede ser permanente, especialmente si se utiliza en dosis altas y tratamientos prolongados. Se ha descrito tanto acúfenos como sordera.